CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE
de
Roald Dahl
Escrito en 1964, Charlie y la fábrica de chocolate (Charlie and the Chocolate Factory) es el libro más conocido de Roald Dahl.
No en vano, esta historia mágica del niño Charlie Bucket en la factoría chocolatera del excéntrico Willy Wonka resulta inolvidable por varios motivos: es un elogio de la esperanza, demuestra que la fantasía es un arma poderosa y acredita que el poder o el dinero son ventajas muy relativas cuando se habla de la felicidad.
Lanzado en Estados Unidos por el sello Alfred A. Knopf, Inc. en 1967, y en Inglaterra por los editores de Tolkien, George Allen & Unwin, asimismo en 1967, el libro no tardó en despertar interés en Hollywood.
La primera adaptación, Un mundo de fantasía (Willy Wonka & the Chocolate Factory, 1971) fue escrita por el propio Roald Dahl, cuya viuda aprobó la versión rodada por Tim Burton, Charlie y la fábrica de chocolate (Charlie and the Chocolate Factory, 2005).
Al parecer, Dahl se inspiró en la competencia que dos marcas chocolateras, Cadbury y Rowntree's, establecieron en los años veinte.
El espionaje industrial hizo que ambas compañías fueran extremadamente recelosas a la hora de preservar los secretos de su proceso de fabricación.
De ahí a imaginar al excéntrico Willy Wonka y a su ejército de oompa-loompas media un breve paso.
Seth Lerer señala que Willy Wonka es “una mezcla de Capitán Garfio, director de circo, titiritero y científico loco”, y añade que el libro “es muy rico en caricaturas y agudas parodias. Los niños que tienen acceso a la fábrica de chocolate son (excepto Charlie) criaturas salidas de algún libro medieval de los pecados: la gula, la ira, la soberbia o la envidia. Sólo Charlie sobrevive a la visita; y entre tanto, consigue el derecho a suceder a Wonka como dueño de la fábrica”.
En 1972, Dahl escribió una divertidísima continuación, Charlie y el gran ascensor de cristal (Charlie and the Great Glass Elevator).
Por la misma época, corrigió en parte el texto original para la edición americana.
Acusado por identificar a los oompa-loompas con una tribu de pigmeos africanos, los convirtió en nativos de un país imaginario, Loompaland.