Una tarde en que Gil está estudiando para un examen de Lengua, aparece en la ventana de su habitación un mukusuluba. El niño descubre que el mukusuluba, un extraño pájaro, es el amigo ideal: le escucha, le comprende y, entonces, Gil puede contarle sus secretos y dejar de sentirse tan solo. Sin embargo, el mukusuluba solo come papel y madera, y además, es insaciable. Esto ocasiona a Gil multitud de problemas, ya que ha decidido no contarle nada a su familia. Sin embargo, el niño cambia de opinión y les muestra a su familia el mukusuluba. Y entonces, sus hermanas gemelas y los padres -menos el bebé- comienzan a buscar la compañía del mukusuluba porque también se sienten solos. Pero, al estar tanto tiempo con el mukusuluba dejan de lado a los demás, lo que origina una situación de incomunicación.Ante esta realidad y tras pensarlo muy bien, el niño le pide al mukusuluba que se marche. Es una decisión difícil, ya que Gil se había encariñado mucho con él; pero piensa que, de esta manera, tal vez haya esperanza de que -dentro de su familia- cada miembro deje de sentirse tan aislado y empiecen a comunicarse entre ellos.
Para este mes os presento dos libros sobre la Mitología de la Antigua Grecia:
Mitos griegos
Friedrich G. Jünger, pensador alemán hermano del conocido Ernst Jünger, dedicó la mayor parte de su obra al estudio de la antigüedad clásica y las implicaciones filosóficas de la era técnica. Este es el primero de sus libros traducidos al castellano.
Friedrich Jünger estima que el mito no es sólo algo que ocurrió en un pasado imaginario sino que es una protohistoria que cíclicamente se manifiesta en el tiempo histórico del hombre. Por ello realiza una descripción de los dioses griegos, no tanto movido por una curiosidad filológica, sino por el interés de descifrar la naturaleza profunda de nuestra época. Jünger lleva a cabo retratos filosóficamente densos de los principales dioses de la mitología griega buscando su reflejo en el momento actual. Por ejemplo, estima que detrás de los titanes hay una forma de entender el tiempo que es la propia de la era técnica: un tiempo cavernario, mecánico y repetitivo. Son excelentes, y de clara influencia nietzscheana, los artículos dedicados a Apolo y Dioniso.
Robert Graves, uno de los escritores ingleses más importantes del siglo XX, nació en Londres en 1895, tomó parte en la primera guerra mundial -cuya brutalidad describe en Adiós a todo eso-, terminó sus estudios en Oxford y fue profesor en la Universidad de El Cairo. En 1929, separado de su primera mujer, decidió no volver a Inglaterra y se estableció en Deià, un pueblecito de Mallorca, donde residió, con su segunda mujer y sus numerosos hijos, hasta su muerte en 1985. A lo largo de una vida tan extensa y rica, simultaneó la publicación de espléndidos libros de poemas con la de novelas, algunas de las cuales, como Yo, Claudio, consiguieron un enorme éxito de público.
Graves nos cuenta la historia de la mitología griega con toda su belleza pero también con divertido desenfado. "Estos mitos no son solemnes", nos dice, "Como las historias bíblicas. La idea de que sólo podía existir un dios y ninguna diosa no gustaba a los griegos, raza con gran sentido del humor... Veían los cielos como un lugar gobernado por una familia divina, como cualquier otra familia rica de la tierra, sólo que sus miembros eran inmortales y extremadamente poderosos."